Puede suceder, que paseando por la montaña te salgas de tu recorrido o tengas que abandonar el camino en un cierto tramo; en estos casos, conocer los conceptos básicos de orientación será muy valioso para reencontrar fácilmente tu ruta original.
Saber orientarte significa saber a dónde vas y de qué dirección vienes. Hoy los navegadores por satélite son un soporte muy útil y brindan mucha seguridad a los caminantes pero, como todo lo tecnológico, están sujetos a mal funcionamiento, roturas o simplemente falta de energía, entonces, ¿qué hacer en estos casos?
Podría ser conveniente conocer algunos métodos de «baja tecnología» que, sin tener la pretensión de ser matemáticamente precisos, te llevarán de regreso a casa. Veamos algunas sugerencias que puedes experimentar en condiciones normales, para comprender cómo funcionan estos métodos, y capacitarte en su uso.
El método de la vara
Durante el día, el sol con su constante movimiento de este a oeste, nos da un punto de referencia esencial para conocer los puntos cardinales; un método eficaz para aprovechar este hecho es el de la vara.
Toma una rama de unos 50 cm y clávala firmemente en el suelo en una área sin hierba y bastante plana, en el punto donde termina la sombra de la vara, coloca una piedra; espera 15/20 minutos y coloca otra piedra donde se encuentra la nueva sombra, desde aquí ya puedes deducir que la primera piedra marca el oeste mientras que la segunda identifica el este. Alineando tu brazo derecho al este, tendrás el norte delante de tí, el oeste a tu izquierda y el sur detrás tuyo.
El método del reloj
El método anterior puede usarse durante las paradas para «hacer un balance» del correcto seguimiento de tu recorrido; pero mientras estamos en camino, el método del reloj será más útil. En nuestro hemisferio, con un reloj analógico, alinearemos la manecilla de la hora hacia el lugar de donde viene el sol, el sur será identificado por la bisectriz del ángulo formado por la aguja de las horas y el número 12 del reloj.
Cómo orientarse si no hay sol
Hasta ahora hemos hablado sobre métodos que se pueden usar cuando hace buen tiempo pero, y si está lloviendo o nublado. ¿Qué se puede hacer?
De hecho, las cosas se complican y sobre todo la precisión de los métodos disminuye, más que nada en estos casos, debemos buscar confirmaciones a las propias deducciones, tratando de leer los signos de la naturaleza.
Todos conocemos el dicho de que el musgo crece en los árboles en el lado orientado al norte, es cierto, pero sólo si estamos en un lugar abierto; sería desalentador ver el musgo y no reflexionar que, por ejemplo, hay allí una pared rocosa, a unos 20 metros de los árboles, que produce la humedad que hace proliferar el musgo! Entonces atención y reflexión.
Las plantas por ejemplo, en zonas ventosas, se pliegan en la dirección del viento predominante, saber de dónde soplan los vientos más fuertes en la zona donde estás, pueder ser una pista útil.
En última instancia, busca un curso de agua y síguelo, seguramente encontrarás un sendero en su recorrido.
Pero siempre lo más aconsejable es que disfrutes de tu paseo, no te alejes de la ruta establecida y no corras riesgos innecesarios.